El hombre que dio la vuelta al mundo a pie en compañía de su fiel mascota
Tom Turcich, un aventurero de Nueva Jersey, finalizó un viaje extraordinario en mayo de 2022: la vuelta al mundo a pie, acompañado por su fiel perra Savannah. Este viaje lo convirtió en la décima persona en completar esta hazaña y a Savannah en la primera perra en lograrlo. Juntos recorrieron seis continentes y 38 países, incluyendo lugares tan diversos como Chile, Panamá y Kazajistán. A su regreso a Haddon Township, fueron recibidos con una gran fiesta en su honor, y aunque el final fue un momento de celebración y orgullo, también marcó el inicio de una transición emocional difícil para Tom.
El viaje que cambió su vida
El viaje de Turcich comenzó el 2 de abril de 2015, justo antes de cumplir 26 años. Inicialmente, la travesía fue inspirada por las trágicas muertes de sus amigas Anne Marie y Shannon, lo que lo llevó a reflexionar sobre la brevedad de la vida y su deseo de explorar el mundo. Equipado con lo esencial —un carrito de bebé donde cargaba su equipo de senderismo, un saco de dormir, una computadora portátil, una cámara y comida—, partió solo, pero al poco tiempo, durante su caminata por Texas, adoptó a Savannah, una cachorra de un refugio de animales en Austin. Savannah se convirtió rápidamente en su compañera inseparable, brindándole no solo compañía, sino también un sentido de seguridad, especialmente durante las noches.
A lo largo del viaje, ambos enfrentaron una serie de desafíos, pero también vivieron experiencias inolvidables. En un día normal, caminaban entre 29 y 38 kilómetros, siguiendo las reglas de los Récords Mundiales Guinness para una circunnavegación a pie, que exige cubrir 18.000 millas (unos 30.000 kilómetros) y cruzar al menos cuatro continentes. Mientras caminaban, conocieron diferentes culturas y paisajes, y, aunque algunos días eran físicamente agotadores, la presencia de Savannah ayudaba a Tom a mantenerse enfocado y motivado.
El retorno y la reintegración a la vida cotidiana
Después de siete años en el camino, el regreso a su ciudad natal fue un momento emotivo y gratificante. Ver a sus amigos y familiares esperándolo en la línea de meta fue un recordatorio de lo que había logrado, pero también de lo mucho que había cambiado. “El final fue increíble”, dijo Tom, recordando el apoyo que recibió al cruzar la línea de llegada. Sin embargo, el regreso no fue fácil. Después de la euforia inicial, Turcich se dio cuenta de que el propósito que había guiado su vida durante tantos años ya no estaba allí. Aunque el logro era innegable, el vacío que dejó la finalización del viaje comenzó a afectarlo.
Turcich describe esta etapa como un período de ajuste difícil, donde se enfrentó a la realidad de que la vida cotidiana no tenía el mismo propósito singular que había tenido durante su caminata por el mundo. Con el tiempo, comenzó a sentir los efectos de la depresión, algo que no había experimentado antes. Su mudanza a Seattle para vivir con su pareja, Bonnie Snyder, trajo consigo nuevos desafíos, ya que el proceso de adaptación a una vida más estable y convencional le resultaba complicado.
La pérdida de Savannah
Justo cuando comenzaba a encontrar su equilibrio nuevamente, Turcich sufrió una pérdida devastadora: la muerte de Savannah. Después de varios meses de problemas de salud, sus riñones fallaron y tuvo que ser sacrificada. La muerte de su compañera de viaje fue un golpe muy duro para Tom, quien había compartido con ella algunos de los momentos más importantes de su vida. Savannah no solo había sido su compañera en el camino, sino también su confidente y apoyo emocional durante los años más intensos de su aventura.
“La pérdida de Savannah fue lo más difícil que he enfrentado”, admite Tom. “Pasamos tanto tiempo juntos y enfrentamos tantos desafíos juntos, que su muerte me dejó completamente desolado”. Aunque sabía que había hecho todo lo posible para protegerla durante su viaje, no pudo evitar sentir una profunda tristeza por no poder salvarla en su momento final. No obstante, Turcich reconoce que Savannah vivió una vida plena, y que le está agradecido por los nueve años que pasaron juntos.
Lecciones de una aventura global
A lo largo de su travesía, Turcich aprendió valiosas lecciones sobre la vida, la resiliencia y la interconexión humana. Una de las lecciones más importantes que extrajo de su experiencia fue la humildad que uno siente al darse cuenta de lo pequeños e inconsecuentes que somos en comparación con la vastedad del mundo. “Antes de emprender este viaje, sabía que el mundo era grande, pero experimentarlo a pie te cambia la perspectiva por completo”, reflexiona. “Te das cuenta de que las fuerzas de la naturaleza, la geografía y la cultura tienen un impacto mucho mayor en la vida de las personas de lo que podrías imaginar”.
Turcich también destaca el poder transformador de viajar lentamente. Durante su caminata, tuvo la oportunidad de sumergirse en cada lugar que visitaba, conocer a la gente local, y comprender mejor sus culturas y realidades. Para él, esta forma de viajar fue clave para su crecimiento personal. “Viajar despacio te cambia. Te da tiempo para reflexionar, para absorber el entorno y para conectar con los demás de una manera más profunda. No es solo ver el mundo, es sentirlo y vivirlo”.
La importancia de Savannah en el viaje
Savannah no solo fue una compañía esencial durante el viaje; también se convirtió en parte integral de la historia de Tom. Ambos compartieron una conexión tan profunda que Turcich no puede imaginar haber completado la caminata sin ella. Aunque admite que el viaje hubiera sido posible sin su compañera canina, está convencido de que no habría sido tan significativo ni tan divertido. “Ella fue una constante en mi viaje”, comenta. “Su presencia hizo que los días difíciles fueran más llevaderos y los buenos días, aún mejores”.
Turcich está convencido de que la conexión que formó con Savannah fue algo especial y que no se hubiera sentido igual si hubiera viajado solo. Aunque Savannah ya no está con él, su legado vive a través de las historias que Tom comparte sobre su viaje. De hecho, ha escrito un libro de memorias titulado The World Walk, donde relata sus aventuras y las lecciones aprendidas durante su travesía. Al escribir el libro, su objetivo no fue solo compartir su historia, sino inspirar a otros a explorar el mundo con curiosidad y confianza.
Reflexiones sobre el futuro
Aunque el viaje de Tom y Savannah llegó a su fin, Turcich sigue mirando hacia el futuro con optimismo. Recientemente comprometido con Bonnie Snyder, ha comenzado a pensar en nuevas aventuras y posibilidades. Aunque no tiene planes inmediatos para otro desafío tan grande como la vuelta al mundo a pie, Turcich sigue buscando formas de mantener su espíritu aventurero vivo. “Quizá mi próxima aventura sea algo más local, como recorrer el Sendero de los Apalaches con un nuevo cachorro”, comenta.
Tom reconoce que el impacto emocional de su caminata, la muerte de Savannah y las pérdidas personales que lo inspiraron a comenzar su viaje son experiencias que lo han marcado profundamente. Sin embargo, también cree que estas mismas experiencias lo han ayudado a convertirse en la persona que es hoy. “El dolor y la tristeza forman parte de la vida, pero también lo es el crecimiento y la superación”, reflexiona. A pesar de los desafíos que ha enfrentado, sigue creyendo en el poder transformador de las experiencias difíciles y en la importancia de seguir adelante.
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