Consejos al pasear a un perro reactivo

Consejos al pasear a un perro reactivo

De vez en cuando, un perro bajo tu cuidado puede ser reactivo y sobre reaccionar a los estímulos que encuentra durante los paseos. Entonces, ¿qué hacer si el regalón que cuidas ladra y salta con la correa? Ya sea que se sienta incómodo cerca de personas, bicicletas u otros perros, un perro reactivo puede tener un gran paseo si sigues estos consejos.

Pregunta todos los detalles

Antes de que comience tu estadía o paseo, habla con el tutor. Ellos sabrán cómo guiarte mejor en el cuidado de su perro reactivo y pueden dejarte instrucciones detalladas. Asegúrate de preguntar sobre cuáles son los gatillantes que provocan la reacción del perro (personas, otros perros, motos, bicicletas, etc) y sobre el umbral de reacción del perro, o cuán cerca puede estar de un gatillante. Algunos perros pueden no reaccionar hasta estar justo al lado de lo que les da miedo, mientras que otros pueden reaccionar a una gran distancia. ¡Estar preparado es clave con un perro reactivo!

Mantén la calma

Cuanto más agitado, nervioso o aprehensivo estés, más agitado y nervioso se pondrá el perro que cuidas. Recuerdo que los perros sienten empatía, por lo que nuestro estado emocional se le puede contagiar. Respira hondo, tómate tu tiempo, muévete lento y no le hables tanto, así sabrá que no necesita sentirse incómodo. Mantén la correa lo más suelta posible, ya que una correa tensa puede indicarle al perro que algo está mal.

Lleva premios apetitosos

Cuando trabajas con un perro reactivo, darle premios comunes o solo pellet no te servirá. En su lugar, prepárate con premios de alto valor que le encanten al perro, como queso o trozos de salchicha. Mientras paseas y ves el gatillante a distancia, recompensa inmediatamente al perro antes de que comience a reaccionar. Si puedes lanzárselos al suelo para que los busque y olfatee será aún mejor, así tendrá que concentrarse unos segundos en eso. Luego, cuando el gatillante no esté a la vista, deja de darle premios.

Consejo: asegúrate de consultar con el tutor sobre la dieta de su perro y qué premios le gustan más.

Haz "giros en U"

¿Necesitas salir de una situación complicada? ¡Haz un giro en U! Si ves algo que no quieres pasar, pídele al perro que dé la vuelta contigo. Una vez que estés de espaldas al gatillante, puedes crear distancia yendo en la dirección opuesta. Si el perro no quiere girar, puedes atraerlo con premios. Te recomendamos practicar giros en U cuando el gatillante no esté presente, para que el perro comience a entender que debe seguirte y concentrarse en ti. Así, cuando lo necesites hacer con el gatillante ahí, el perro ya lo entenderá y te seguirá.

Pasea en horarios más tranquilos

Una forma de tener un paseo más tranquilo para todos es evitar los gatillantes por completo. Al pasear en momentos del día menos concurridos, tú y el perro que cuidas podrán relajarse sin miedo a encontrarse con un gatillante en cada esquina. Por lo general, el peor horario es justo después del trabajo (6pm). Cualquier otro horario suele ser más tranquilo. Pregunta a los tutores de las mascotas a qué hora suelen pasear. ¡Seguramente saben los mejores momentos para salir!

Mantente atento, la clave es la anticipación

Cuando salgas a pasear, mantén tu atención en el entorno. Deja el celular o cualquier distracción de lado e intenta anticiparte a la aparición de los gatillantes. Si eres atento, podrás verlos tu antes que el perro, lo que te dará tiempo para reaccionar, tomar distancia, cruzar la calle, llamarlo o lanzarle premios para que olfatee. Cualquier cosa que hagas antes de que reaccione, será la clave.

Ocupa arnés y correa fija

Existen muchas herramientas para pasear y cada uno tiene sus preferencias. De todas formas, sí te recomendamos el uso de correas fijas, no retráctiles. Estas te permitirán ser más hábil en el uso y manejo de la correa y del perro. Además, prefiere el uso de algún arnés frontal por sobre uno de enganche en la espalda. Esto te dará más facilidad al redirigir al perro en caso de toparte con un gatillante.

Un poco de paciencia es fundamental para ayudar a un perro reactivo a sentirse cómodo en cualquier situación. Al brindar un excelente cuidado incluso a los perros más desafiantes, mejorarás tu reputación como un gran cuidador o paseador y mantendrás felices a tus clientes humanos.