¿Deberías llevar al perro que estás cuidando al canil?
Los caniles de perros son una excelente opción para muchos tutores. Reúnen a personas y perros en un área segura para jugar y socializar. Son cada vez más populares, pero no necesariamente son adecuados para todos los perros. Entonces, ¿cómo saber si es recomendable llevar al perro que estoy cuidando?
En primer lugar, pregunta al tutor del perro si su perro lo disfruta o si le gustaría que lo llevaras. El tutor del perro lo conoce mejor y podrá aconsejarte si el canil es una buena idea o no. A continuación te dejamos algunas consideraciones antes de ingresar y razones de por qué no siempre el canil es un destino adecuado para el paseo:
- El tamaño del canil no siempre es el adecuado. Existen muchos caniles que son muy pequeños, lo que hace que la densidad de perros sea excesiva y no le permita a cada perro encontrar el espacio necesario para sentirse cómodo. Evalúa si el tamaño del canil es el adecuado.
- Mucha densidad de perros. Ya sea por el tamaño del canil o por la hora del paseo (horario punta), a veces la densidad de perros es excesiva. Esto hace que muchos perros se sientan invadidos, no tengan suficiente espacio para alejarse o esconderse, y ocurran más peleas y accidentes. Observa la cantidad de perros y evita las horas punta.
- Muchas personalidades de perros. Antes de ingresar a un canil siempre deberías observar qué tipo de perro hay y sus personalidades. Como en toda interacción, basta un perro problemático para que un accidente ocurra. Antes de ingresar observa a los perros que están dentro y evalúa si es un buen momento para ingresar.
- Poca observación y nadie a cargo. Una vez que agudices tus conocimientos de lenguaje corporal canino, te será normal pasar por fuera de un canil y ver un perro que está muerto de miedo, otro que no quiere estar ahí y un tercero que está haciéndole bullying a otro que ya no quiere jugar más. Verás que no todo lo que parece juego y perros corriendo es una imagen feliz.
- Alta probabilidad de conflictos, peleas o agresiones. Al haber muchos perros en poco espacio, con muchos perros locos y poca supervisión, los accidentes están a la orden del día.
Personalidad del perro
Algunos perros no lo pasan bien dentro de un canil. Por ejemplo, los perros agresivos, reactivos o miedosos pueden tener dificultades para pasarlo bien ahí. Aquí tienes algunos ejemplos de tipos de perros que no es recomendable que vayan al canil.
El perro miedoso
El estrés y el miedo hacen que el canil sea un lugar incómodo para un perro. Haz estas preguntas para determinar si esto es cierto para tu mascota:
- ¿Suele estar estresado o nervioso?
- ¿Siempre retrocede cuando otro perro se acerca? ¿Lo evita?
- ¿Tiene las orejas hacia los lados, la cola baja o entre las patas, y parece intentar verse pequeños y encorvados?
El perro de raza de trabajo
Algunas razas tienen comportamientos predispuestos genéticamente que podrían no hacerlas candidatas ideales para los caniles. Por ejemplo, los perros pastores están destinados a pastorear animales, lo que afecta su estilo de juego. Algunos de estos comportamientos de pastoreo se consideran groseros en el mundo canino y podrían llevar a un incidente, una pelea o un accidente. Esto incluye:
- Perseguir y morder los talones de otros perros.
- Acechar a otros perros, en especial de razas pequeñas.
- Mantener contacto visual muy directo, muy frontal.
- Dada su alta carga genética, no ser capaz de leer el lenguaje corporal del otro perro, sin importarle si el otro lo está pasando bien o si no quiere seguir jugando.
El mal comunicador o muy intenso
Los perros usan todo su cuerpo para comunicarse, y al igual que en las conversaciones humanas, pueden ocurrir malentendidos. Es importante observar a tu perro con otros perros para asegurarte de que el juego sea ligero y amistoso. Si un perro no entiende lo que otro perro está comunicando con su comportamiento de "no quiero jugar", esto puede llevar rápidamente a una pelea.
Si notas esto, llama a tu perro hacia ti. Si tu perro no entiende consistentemente el comportamiento de "no quiero jugar" o "no quiero interactuar" de otro perro, es posible que tu perro no sea adecuado para un canil.
En resumen, los caniles deberían ser divertidos y seguros tanto para humanos como para sus perros. Evalúa bien si es adecuado que vayas o que entres, recuerda que no es una obligación ni una necesidad irremplazable para un perro. Y si es que decides entrar, siempre supervisa a tu perro, protégelo y ayúdalo a ser el mejor perro que pueda ser.